El Museo de Villena inauguró ayer, jueves 5 de octubre, la exposición “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes”, en torno a los últimos años de vida y escritura de este poeta oriolano. A la misma asistieron los organizadores, realizadores, y colaboradores de esta exposición, entre los cuales se encuentra el Museo de Villena, representado en la figura de nuestra bibliotecaria Ana Valdés Menor.
Delicadeza, fragilidad, pero también resistencia. Durante sus últimos años de vida, Miguel Hernández mostró su lado más tierno y familiar, pero también su inacabable tenacidad y fortaleza. Entre condenas y prisiones, el escritor supo comprender el sentido de la libertad, así como la importancia de los detalles: los abrazos, las miradas, la cercanía. Por ello utilizó lo que tuvo a mano para comunicarse con los suyos: hojas de papel higiénico, visiblemente sensibles, frágiles, en las que Hernández escribió una serie de cuentos dedicados a Manuel Miguel, su segundo hijo. Un bello legado, tanto por su contenido como por la historia que guarda tras de sí.
Se trata de un manuscrito compuesto por trece carillas, con dibujos del autor en el reverso de una de ellas, y que están cosidas por un hilo de color ocre en la parte superior. Miden 12×19 centímetros, y contienen un tesoro: cuatro relatos infantiles titulados “El potro oscuro”, “Un hogar en el árbol”, “El conejito” y “La gatita Mancha”. Revelan una interesante faceta de los últimos años de Hernández, y ahora están expuestos al público de la mano de la Biblioteca Nacional (BNE). Desde este viernes 6 de octubre hasta el 7 de enero, estará abierta al público la exposición “El poeta que hacía juguetes”, que refleja a Miguel Hernández como “un padre despojado de todo, y cuya herramienta para dejar herencia a su hijo es la maestría de su escritura”.
La contribución del Museo de Villena a esta muestra ha sido la cesión temporal de una cama de hierro de principios del siglo XX perteneciente a su colección etnográfica municipal. Esta pieza ha resultado ser el eje articulador de la muestra.
La exposición gira en torno a un documento original de Miguel Hernández que, escrito desde la cama de su celda en la cárcel en papel higiénico, contiene sus últimos cuentos destinados a su hijo. Y así es como se muestra en la exposición, con la cama cedida por el museo en la parte central, que se conjuga con dibujos, textos y otros objetos cargados de significado –como las lecheras que usaba Miguel Hernández para comunicarse en secreto con su esposa, Josefina Manresa-; y nos sumerge en una historia de familia que es la historia de un país y es un cuento sobre la guerra.
El potro oscuro, El conejillo, Un hogar en el árbol y La gatita Mancha son los cuatro relatos que Miguel Hernández escribió en trece hojillas de papel higiénico a su hijo desde la cárcel de Alicante, historias sencillas, en las que la Biblioteca Nacional (BNE) ha puesto el foco para alumbrar una exposición “emotiva” y “evocadora”. Esas hojas de papel higiénico, escritas a lápiz y cosidas con un hilo de color ocre en la parte superior y con unas medidas de 12×19 centímetros son el origen de la muestra “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes. Ausencias y últimos cuentos para su hijo que podrá verse en la Biblioteca Nacional Española (BNE) hasta el siete de enero de 2024.
30La exposición “Miguel Hernández: El Poeta que Hacía Juguetes” en la Biblioteca Nacional Española (BNE) es un conmovedor recordatorio de la sensibilidad y la resistencia de este icónico poeta español. Los escritos en papel higiénico, las cartas a su familia y el testimonio de su deseo de libertad revelan no solo su talento literario, sino también su profundo amor por su hijo y su lucha por la libertad en tiempos difíciles. No te pierdas la oportunidad de sumergirte en la vida y la obra de Miguel Hernández a través de esta exposición única que estará disponible hasta el 7 de enero de 2024.