El Abroñigal es un arroyo que desemboca en el río Manzanares y que pasa actualmente soterrado bajo el asfalto de lo que ahora es la M-30.
Este arroyo pasa por Ventas y Vallecas, antes de desembocar en el Manzanares.
Fue soterrado en la década de los 70 para comenzar las obras de la M-30.
El Abroñigal tenía dos puentes, el de Ventas, cuando ese tramo de la calle Alcalá se llamaba Carretera de Aragón y el de Vallecas, que era un gran puente de tres ojos.
El primer puente de Ventas se construyó en el siglo XVII y el de Vallecas en 1.730.
En su momento fue un arroyo importante, ya que regaba grandes extensiones de terrenos de cultivo.
Siglos después el Abroñigal fue reduciendo su caudal, hasta llegar a estar prácticamente seco en verano, excepto cuando el exceso de lluvia lo hacía revivir.
En su entorno se refugiaban bandoleros e incluso fue testigo de duelos y riñas que eran resueltas en los descampados, lejos de las autoridades de la época.
La M-30 estaba proyectada desde 1.929, aunque el proyecto oficial no se aprobó hasta 1.946 y la construcción hasta bien entrados los años 70.
Ahora, cuando transitemos por la M-30, podremos valorar el gran trabajo que se hizo en esta zona.